La estimulación magnética transcraneana (EMT) o transcraneal, (Transcraneal Magnetic Stimulation o TMS, en inglés) es una forma no invasiva de estimulación de la corteza cerebral, y constituye una herramienta llena de posibilidades de estudio e investigación en el ámbito de las neurociencias,
así como para el tratamiento de diversos padecimientos y trastornos
neuropsiquiátricos. Permite la estimulación incruenta del tejido
nervioso (corteza cerebral, médula espinal, vías motoras centrales y nervios periféricos), sin dolor, y permite interferir de forma controlada la actividad normal del cerebro humano.
La Estimulación magnética transcraneana se basa en el principio de inducción electromagnética descrito por Michael Faraday en 1838. Se aplica una corriente eléctrica de determinada fuerza y duración proveniente de una bobina de estimulación ubicada sobre el cuero cabelludo, lo cual genera campos magnéticos
que penetran hasta el cerebro con una atenuación insignificante. Estos
campos magnéticos inducen una corriente eléctrica en el tejido neural,
cuyo volumen depende de la forma y tamaño de la bobina de estimulación,
de la fuerza (intensidad) del campo magnético y de la frecuencia y la
duración de los pulsos magnéticos producidos.
Estos pulsos magnéticos de intensidad específica, producen una despolarización selectiva de neuronas del neocórtex o corteza cerebral, ubicadas entre 1,5 y 2 cm
por debajo del cráneo. Estos pulsos pueden ser únicos en la
estimulación magnética trascraneana o bien regulares repetitivos, en la
modalidad que toma el nombre de estimulación magnética transcraneana repetitiva o EMTr (por sus siglas en inglés, rTMS).
Desde la perspectiva terapéutica, existe ya una gran cantidad de
estudios que demuestran que las dos vertientes de la estimulación
magnética transcraneana, la EMT y la EMTr, son efectivas y además pueden
ser catalogadas como seguras, siendo necesario adoptar ciertas medidas
para garantizar tal seguridad.
La aplicación de la estimulación magnética transcraneal requiere del empleo de un transductor
que el operador ubica sobre el lugar que se quiere estimular. El
operador puede controlar la posición del transductor, la focalización,
la intensidad y la frecuencia del estímulo. En el caso de la
estimulación de la corteza cerebral, la posición debe ser perpendicular
al surco central,
fluyendo diagonalmente de atrás hacia adelante. La intensidad se regula
cambiando la intensidad de la corriente que fluye por el transductor,
lo cual modifica la magnitud del campo magnético inducido y, por lo
tanto, del campo eléctrico secundario inducido. El foco depende de la
forma del transductor, ya sea en forma de ocho o circular. El primero
permite una estimulación más focalizada, permitiendo un mapeo más fino
de la representación cortical. El segundo induce un campo eléctrico
distribuido más ampliamente permitiendo la estimulación simultánea de
ambos hemisferios, lo cual es muy útil en estudios de tiempos de
conducción. Por último, la frecuencia del estímulo puede ser modificada
para lograr diferentes efectos sobre una región determinada del cerebro.
Fuente:
http://www.lopezibor.com/estimulacion-magnetica-transcraneal/
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1137-66272009000600009
http://es.wikipedia.org/wiki/Estimulaci%C3%B3n_magn%C3%A9tica_transcraneana
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